Introducción: La Biblia nos dice “Buscad a Jehová mientras puede ser
hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6), la palabra buscar
es traducida del término hebreo “darásh” que además significa: pisar o
frecuentar; por lo general seguir (en persecución o búsqueda); por implicación
buscar o preguntar; específicamente indica adorar.
Podemos decir entonces que un adorador es un incansable buscador de la
presencia de Dios.
Si un minero dedica su vida a buscar esmeraldas, con la esperanza de
encontrar la más grande, nosotros debemos buscar con perseverancia y pasión el
tesoro más grande que hombre alguno pueda tener: Jesucristo nuestro Señor…
1) AÚN
DESDE LA DIFICULTAD DEBEMOS BUSCAR A DIOS
a) La
integridad delante de Dios, no implica ausencia de dificultades (Lucas
1:5-7).
Nota: La
Escritura nos describe a Zacarías y Elisabet, como “justos delante de Dios e
irreprensibles en todos los mandamientos del Señor”, ante esto (el no
nacimiento de su hijo), seguramente se hicieron muchas preguntas: ¿por qué?
¿Para qué? ¿Hasta cuándo? ¿Qué hicimos mal? Cuando se casaron en su juventud,
lo hicieron con muchas expectativas, pero pasaron los años y la esperanza
desfalleció (“eran ya de edad avanzada”).
b) La actitud ante los problemas determina
nuestro servicio a Dios (Lc. 1:8-10)
Nota 1: Ésta
pareja enfrentó diferentes facetas difíciles en el proceso:
Ø Murmuración de sus vecinos y familiares (Desde la mentalidad
judía, no tener hijos era señal de castigo divino por algún pecado secreto, así
como tener hijos era sinónimo de bendición).
Ø Rechazo en ciertos círculos sociales, y tal vez burla,
Ø Su propia lucha de fe.
Nota 2: Pero esto no hizo
murmurar a Elisabet, ni se quejó, ni volvió atrás, e igualmente su marido
Zacarías, tampoco abandonó el servicio al Señor. Su crisis no hizo que negaran
la bondad y soberanía de Dios. No entendían pero seguían adelante sin negar al
Señor y esto honra a Dios, pues Jesús dijo: “Bienaventurados lo que no vieron y
creyeron”.
2) LOS
TIEMPOS SON DE
DIOS.
a) En
el tiempo diseñado en el cielo, se manifestó el Señor, Lc. 1:11.
Nota: En
el idioma griego existen varios términos para la palabra tiempo, se destacan:
“Kairos” (que es el momento oportuno, tiempo favorable, tiempo señalado), y
el “Cronos” (que es el lapso o período de tiempo, momento, ocasión,
origen de palabras como cronometro). Kairos marca calidad y Cronos la
cantidad, el primero implica el tiempo de Dios y el segundo, el tiempo de
los hombres. El plan redentor diseñado en el cielo, dictaba que Juan el
Bautista (el hijo de Zacarías y Elisabet) nacería seis meses antes que Jesús,
pues éste lo anunciaría. Dios siempre sabe lo que hace, por eso busca a Dios en
todo en tiempo.
b) Nuestras
oraciones conservan su poder ante el trono del Señor, y son respondidas en su
tiempo (Lc.
1:12-13)
Nota: El
contexto nos deja ver que ellos habían dejado de orar por el hijo, por un
milagro, lo hicieron durante años, pero con el paso de éstos, perdieron su
esperanza. Zacarías significa: recordado por el Señor (esto indica entonces que
Dios no se había olvidado de ellos) y Elisabet significa: Juramento de Dios (es
decir Dios cumpliría su plan, no fallaría).
El ángel informa que esas oraciones estaban delante de Dios y había
llegado el tiempo de la respuesta: “tu oración ha sido oída y tu mujer Elisabet
dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan”, Lo que era imposible
para ellos, para los familiares y demás, Dios lo hizo, porque él es
todopoderoso y misericordioso, y que interesante que Juan significa:
gracia o misericordia del Señor, porque esto fue lo que Dios tuvo con ellos.
3) LA
ACCIÓN DE DIOS PRODUCE BENDICIÓN PARA
MUCHOS.
a) La
voluntad perfecta de Dios es lo mejor, Lc.
1:14-16
Nota: Lo
vemos por varias razones:
1. Para el propósito y gloria de Dios, nacería aquel de quien Jesús
dijo: “Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el
Bautista” (Mateo 11:11),
2. Para nosotros (pues dijo le permitió a Zacarías y Elisabet disfrutar
la bendición, por eso dice el texto: “tendrás gozo y alegría”),
3. Para muchos (el pasaje nos dice: “muchos se regocijarán” y “muchos
se convertirán al Señor”).
b) Zacarías
y Elisabet experimentan restauración y nuevas
bendiciones, Lc. 1:24-25.
Nota: El
texto bíblico nos dice que Elisabet “concibió” y ella nunca había tenido esa
experiencia… Dios nos sorprende con cosas nuevas, y aun cuando no las estamos
esperando. Elisabet dijo: “el Señor se dignó quitar mi afrenta”, la palabra
afrenta, desde el griego nos indica: Descrédito, desgracia, afrenta,
vituperio, algo vergonzoso. Pero Dios restaura su buen nombre, levanta su
papel como esposa fértil y madre, ahora cuenta con una gracia especial y nueva
del Señor sobre su vida, ahora hablan de ella pero por lo que Dios ha hecho, y
como padres no solo disfrutan de un hijo, sino que educan a un profeta del
Señor, voz de Dios, aquel que anunciaría que Jesucristo había llegado a Israel.
Conclusión: Buscar
a Dios es un estilo de vida, debemos identificar de manera consciente que él es
la fuente de agua de vida, por tanto, sin él nuestra vida se seca. Sólo
caminando con él, llegaremos al cumplimiento del plan divino. Busca a Dios en
todo tiempo.
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